Cuando comencé este blog en el mes de mayo de este año, lo hice publicando fotos de barcos y luego dí las razones de ello. Estaba comenzando a escribir un nuevo libro y éste se refería a la historia del lago General Carrera. Ayer terminé mi trabajo y ahora viene la etapa de la revisión en la editorial, de las pruebas, de las dudas e incertidumbres. Es casi imposible en casi 200 páginas resumir una historia tan grande como la historia de toda la cuenca del lago . El libro contiene distintos capítulos, la historia de los barcos que desde el Atlántico surcaron la pampa argentina para llegar hasta el en ese entonces solo Lago Buenos Aires, además la historia de los que desde el Pacífico cruzaron la cordillera para llegar a Puerto Ingeniero Ibáñez, luego la historia de los barcos construidos en las riberas del gran lago, la historia de la mina Silva, la de los pueblos ribereños,la del poblamiento de la zona por familias de origen mapuche-huilliche y un capítulo con la mirada actual que tienen pobladores y profesionales sobre las fortalezas y debilidades de la zona. El último capítulo de este libro se llama "recuerdos junto al lago"y de alguna manera es mi propia historia. En mis libros anteriores nunca me he referido a mi familia, que también se puede considerar pionera en la región (llegados en 1934) y cuya historia serán otros los que deberán contarla, ya que al hacerlo yo, no sería objetiva, y la objetividad es fundamental para quien se dedica a hacer investigaciones históricas. Simplemente en este capítulo, como dice el prologador "desgrano" mis recuerdos infantiles y juveniles. Ahora comienzan las incertidumbres en el sentido de preguntarse ¿gustará este libro? ¿será un referente para que otros continuén con mayor ahinco en la senda de esta investigación?.Todo este proceso me mantendrá, como siempre sucede cada vez que un nuevo hijo literario está por nacer.Este libro se llama "Lago General Carrera.Temporales de Sueños". El título nace un poco de los temporales que siempre hay en el lago, pero por sobre todo nace de los temporales que la vida le brindo a los habitantes ribereños y que ellos, muchas veces, debieron sortear solos y sin ayuda. No me refiero a tempestades ni vientos, me refiero a la propia vida llena de rudeza, de fuerza y esperanza que la gente de mi tierra debió vivir.