Ayer se hizo el lanzamiento de mi libro Lago General Carrera. Temporales de Sueños. Fue una muy bonita ceremonia en la cual me acompañaron el Gobernador de la Provincia, dos consejales y muchos, pero muchos amigos, alrededor de cincuenta. El local fue la Asociación de Pensionados que me lo cedieron gentilemente ya que en mi pueblo no hay espacios físicos para actividades como ésta.Le pedí a mi hijo Pedro que hiciera la presentación ya que hasta el momento era el único que lo había leido completo y esa presentación fue muy bonita y quiero compartirlas con ustedes.
"Danka: Ayer me pediste que presentara tu libro, no sé si el sexto o séptimo. Por supuesto que te dije que no, soy marinero de agua seca,
y me dio lata hacerme parte de algo tan tuyo, tan íntimo.
Tu ya sabes como somos por estos lados,de seguro han de decir: mira, otra vez el Pedro brillando con las luces de su mamá.
Por eso te dije que no.
Y además que podría yo decir de este maravilloso libro que me leí en dos noches y tres sentadas en la taza del baño.
Que podría decir de este profundo y bigorozo brochazo que me diste por la historia de la cuenca del lago,
pero en fin, me pediste que lo hiciera y como el hijo que te quiere y se siente orgulloso de ti, aquí estoy ...haciéndolo.
Quiero decirles a todos los presentes, que sobraran noches y faltaran tazas baños para terminar de disfrutar un libro tan profundo, claro y cautivante como el que hoy nos regla, digo regala metafóricamente, Danka.
Y su simple pero no menos exquisita forma de inmiscuirnos con la historia de nuestro lago, si, ese mismo que está a menos de cuatro cuadras de este local.
Mi madre me dijo que no les leyera el libro, que hiciera algo corto, sin caer en lo aburrido y lo tedioso,
pero que diera cuenta de la arquitectura de su obra.
En realidad esa palabra no la usó, pero a mí me gusta particularmente usarla.
Pero bueno, tengo que contarles como es la cosa.
Temporales de Sueños
es un libro exageradamente ameno en donde cualquiera de nosotros podrá comprender de una manera sencilla los procesos de poblamiento de la ribera del lago Buenos Aires-General Carrera, desde las postrimerías del siglo XIX hasta la actualidad.
Sus historias navegan por la vida de personajes conocidos como mi tío Rolando, un verdadero héroe familiar, del cual me quedan sus cajetillas de belmont y sus besos con bigotes, y también de personajes desconocidos como don Juan Williams o la familia Maureira, de la cual me queda una vieja lancha que de seguro iré a conocer en mi próximo viaje a perito Moreno.
El libro nos ubica en la historia con una precisión que se agradece. A partir de ello se puede entender el surgimiento de Puerto Cristal, la época de oro de Chile Chico, las gracias de Pallavicini o la tristemente trágica historia de la familia Inayao en Fachinal.
A través de sus líneas, ustedes se harán parte del tremendo signo de interrogación que pesa sobre los cielos de Puerto Eulogio Sánchez, o comprenderán la importancia de Nacimiento, hoy Perito Moreno y validarán La Lomita, esa ruinosa casita que se ubica a los pies de la cuesta del diablo, a 24 horas de Ibáñez, claro que cronometrado con un reloj de 1940.
También sabrán del largo y silencioso viaje de muchos barcos que navegaron por acá y que llegaron desde lugares tan lejanos como Glasgow, escocia. Muchos encontrarán la respuesta enigmática al famosos cambio de color del lago en el Julepe, otros se sorprenderán con la historia de la Mina Silva, varios romperán la relación inconsciente que hacen del nombre de Puerto Ibáñez con el presidente del mismo apellido
cuando se den cuenta que el presidente no era ingeniero y que el nombre se lo debe a un gringo llamado Ap Iwan, y algunos entenderán por fin, que hace una pista de aterrizaje en medio de Fachinal.
Finalmente, todos podremos ver en este libro y en la historia de sus personajes, incluyendo la de su propia autora, que nos escribe desde la cima de cientos de bolsones de lana apilados junto al muelle de Chile Chico, nuestra propia vida, nuestra propia historia, ya que por que no decirlo, muchos de los que estamos hoy aquí, aún llevamos en la nariz de la nostalgia, el olor de los muelles minerales, de la húmeda madera de los barcos apurados, de las suaves olas blanquiazulinas meciendonos en una cuna de proas, o de las tropillas apretadas sobre la noble cubierta de nuestra querida barcaza El Pilchero.
Los invito a todos y a todas
a subirse en este barco de papel
y navegar por sus tintas no exentas de temporales pero siempre plagadas de sueños.
Gracias, cómprenlo y disfrútenlo".