Desde el año 2011, en Chile hemos sido
testigos de varios movimientos que se han autodenominado “movimientos sociales”. La tregua dada al
Gobierno del Presidente Piñera fue bastante breve. Asumió en marzo del 2010
pocos días después del gran terremoto de febrero de ese año, llamado ahora,
siguiendo la tendencia mundial como el 27F. Medio país destruido, carreteras,
aeropuertos, escuelas, liceos, hospitales, etc. Un verdadero desastre en la
infraestructura pública y otro gran desastre en la infraestructura privada.
Miles de casas en el suelo, miles de familias sin hogar y cientos de familias
sufriendo la pérdida de un ser querido a
causa del terremoto y posterior tsunami. El Gobierno debió dejar de lado su
proyecto y comenzar la reconstrucción, y seamos sinceros, poco se nota en las
ciudades más afectada de lo devastador que fue ese movimiento telúrico. Pero
pasado el primer año de gobierno comenzaron los llamados “movimientos sociales”,
primero fueron los estudiantes, pidiendo cosas
mínimas como el pase escolar las veinticuatro horas, calidad en la
educación y mejorar la infraestructura. Todo bien, pero de pronto las demandas
se transformaron en otra cosa y los dirigentes hicieron marchas y ritos pidiendo
calidad en la educación, educación gratis, fin al lucro y asamblea
constituyente. Por cierto, miles de los que marchaban no sabían el significado
de la palabra lucro, hablaban de cambiar la Constitución de Pinochet,
desconociendo por cierto que hace rato la Constitución no lleva la firma de
Pinochet si no que lleva las firmas de Ricardo Lagos Escobar y de José Miguel Inzunsa. A todo esto, los jóvenes
que vociferaban en las calles de Chile
pidiendo calidad en la educación, se tomaban de la mano con el Presidente del
Colegio de profesores quien se opone tenazmente a ser evaluado. Luego vinieron
movimientos en distintas zonas, Magallanes, Aysén, hoy en Tocopilla, otros en
la Araucanía, otros en Freirina etc. Etc. Etc.Marcharon los homosexuales,
marcharon los enfermos, marcharon los deudores habitacionales, todo el mundo
marchó y habló sin saber de qué hablaban. Al final, solo el movimiento de
Magallanes, el de los enfermos y tal vez el de los homosexuales, se pueden
llamar movimientos sociales. El resto, todos fueron movimientos políticos y la
mejor comprobación son los actuales candidatos al parlamento, muchos de ellos
dirigentes estudiantiles del partido comunista, el candidato a Diputado por Aysén don Iván Fuentes, el
icono de la moderación, del sufrimiento, hoy convertido en candidato por la DC.
En Magallanes, según se sabe, ninguno de los dirigentes del movimiento
ciudadano se presentó a cargos de elección popular, ni a concejal, ni a
Diputado, ni a Consejero. En Aysén todos quisieron ser parte del reparto del botín
del estado, candidatos a alcaldes, a concejales, a consejeros y a
parlamentario. Cabe preguntarse ¿Cuál fue el beneficio conseguido?: la
respuesta es NINGUNO. La leña se encareció, los empresarios (mayoritariamente
medianos y pequeños) vieron coartada su posibilidad de trabajo, los camioneros
no pudieron circular, las personas vieron restringidas sus libertades y muchas
vieron en peligro su seguridad personal si se atrevían a expresar su rechazo a
este movimiento inconducente. En tanto en Santiago, Concepción, Valparaíso y
otras ciudades, los estudiantes
perdieron el año y por lo tanto sus padres se encalillaron un año más, en tanto
la Camilita, el Camilito, el Giorgio, el Gabriel y la Karol se van a ver beneficiados
con un sueldo que nunca habrían ganado en las profesiones que estudiaban ( digo
estudiaban porque al parecer no se han titulado) y con su juventud, en algunos
casos su belleza, y en otros su carisma, es muy poco probable que pierdan la
elección. Ahora vienen las promesas y más marchas, hay que darle al gobierno hasta
el último día y darle con todo. Pero cosa curiosa, a pesar de ello, el gobierno
ha seguido trabajando, ha seguido llamando a la unidad, ha seguido soñando con
un país más equitativo y menos violento. Ha cometido errores no forzados,
algunos muy graves como lo del censo o la condonación de Jhonson, pero en ambos
casos no ha sido el Presidente ni sus ministros. En el INE existe autonomía y
el SII también. Me gustó que el Presidente pidiera perdón por lo del censo, me
habría gustado que en otros gobiernos se pidiera perdón por el Transantiago, o
por el tren de Temuco a Victoria que no llegó nunca, o por el gran robo en la
Corfo, o por los miles de pesos botados en el desmalezamiento de la refinería de
Concón o por las casas Copeva, las Chubi o por el enfermo imaginario del
hospital de Curepto. En fin, creo que los movimientos llamados sociales hace
rato que han demostrado ser movimientos políticos y salvo como digo, lo de
Magallanes, cuya unidad es notable, la marcha de los enfermos (no se ha sabido
que Ricarte Soto se esté candidateando a nada) y las marchas por la igualdad
del Mohvil, el resto es solo una manera que se ha buscado para fregar a este
gobierno, que guste o no, ha hecho varias cosas interesantes. Esperemos que los
pocos meses que quedan para este gobierno sean fructíferos, ya que si le va
bien ,significa mejorar la vida de todos los chilenos.