sábado, 21 de junio de 2014

¿Y ahora que sigue?


Hace pocos días el Comité de Ministros le cerro el paso a la construcción de las mega centrales hidroeléctricas en el Baker y el Pascua, a la empresa Hidroaysén. Hubo y hay celebraciones. Por estos días se anuncia un gran encuentro, creo que un almuerzo,entre los opositores al proyecto y sus financistas, entre ellos Douglas Tompkins, su mujer y uno de los Kennedy entre otros importantes. Me parece bien que celebren su triunfo, un triunfo anunciado y que era esperable.
Si me preguntan mi opinión, no pertenenciendo al grupo, yo también me alegro de que este proyecto no se lleve a cabo y eso lo dije hace mucho tiempo en este mismo blog, en realidad hace varios años tuve una mirada crítica, pero nunca participé en movimiento alguno ni a favor ni en contra. Nunca levanté una pancarta  en contra  o a favor de la empresa porque sentí desde un primer momento que este proyecto nos dividía de una manera muy cruel. A todos los que estaban por distintas razones cercanos al proyecto se les estigmatizó como vende patrias, vendedores de la Patagonia etc. etc. etc. Hubo empleados de la empresa, que simplemente buscaron una fuente de trabajo a los que se les persiguió como demonios, hubo pobladores que fueron insultados y en lo personal, cuando le vendi mis derechos a Hidroaysén,  para una edición de 500 ejemplares de mi libro "Lucas Bridges. El Señor del Baker" faltó poco para que me colgaran en la plaza pública y comenzó una campaña de denostación hacia mi trabajo que fue bastante fuerte. Lo curioso es que yo ya había manifestado  mi oposición al proyecto y lo hice con los mismos ejecutivos que hicieron el negocio  conmigo. Debo confesar que me sentí respetada por la empresa y que a mi libro solo le agregaron belleza, unas fotos maravillosas de José Viviani, pero no le pusieron ni una coma de más o de menos y eso se valora.
Este fue un proyecto que dividió a los aiseninos. Mucha gente nacida y criada en la Patagonia estaba a favor de que se hicieran las represas ya que veían  un mejor futuro económico para ellos y sus familias, otros, también nacidos y criados, estaban en contra de la construcción por el evidente peligro de la destrucción del paisaje y fue penoso ver la división y fue penoso ver como gente que nunca  ha estado ni cerca de los ríos Baker y Pascua ,escribían grandes diatribas a favor o en contra. Pero en fin, ya todo pasó y espero que ahora los aiseninos nos unamos en una causa, más bien dos causas comunes.
La primera de ellas es la recuperación de las aguas. tenemos que luchar para que el agua de nuestros ríos y lagos sea del Estado de Chile y en esa causa me embarco sin problemas. La otra causa es la recuperación de las tierras, si , que las tierras  vuelvan a manos de los aiseninos.
A mi, hija de extranjero, que llegó a esta región en la década del treinta, me parece una burla que la primera ley de colonización les haya prohibido obtener tierras de parte del Estado y que ahora, un extranjero pueda tener más de 70.000 hectáreas a su nombre y lo peor, no producirlas. Me parece una burla que al poblador original el Estado de Chile le haya permitido solicitar solo 600 hectareas y 50 hectáreas por cada hijo nacido vivo y que ahora cualquier ciudadano con plata ,venga y se compre tres mil, cuatro mil o cinco mil hectáreas como si nada.
Hace pocos días. conversaba con un joven estudiante de periodismo y me preguntaba cual era la diferencia, según mi opinión, entre los extranjeros que llegaron en los albores de la colonización y los de ahora, y cual era la diferencia entre los primeros colonos y los que llegan ahora. Yo defino a los inversionistas que llegan a comprar tierras como empresarios golondrinas, vienen una temporada y se van. Los extranjeros que llegaron en los años 20, 30 40 o 50 vinieron a trabajar, vinieron a dejar el sudor de su frente haciendo progresar a la región en distintos ambitos. Los de ahora vienen a invertir en tierras.
 Los colonos primitivos vinieron a hacer todo, sin la ayuda del estado, los de ahora vienen a solicitar tierras y a pedir la ayuda del Estado en diferentes modos.
Si, les propongo hacernos parte de la causa de la recuperación del agua y de la recuperación de la tierra. Si logramos eso, entonces podremos decir que somos una región de gente valiente, poderosa y decidida.