domingo, 1 de mayo de 2022

Un nuevo trabajo de Investigación

 Muchas personas, creen que los que nos dedicamos a escribir, nos sentamos un par de horas frente al computador y bajo la inspiración divina ,sacamos en pocos días un  nuevoi libro. Es posible que un buen novelista lo pueda hacer así, o bien una persona con un buen discurso narrativo, en pocas horas o días pueda escribir una novela, un cuento, un relato cualquiera. Pero los que nos dedicamos a las investigaciones históricas, tenemos que pasar mucho tiempo estudiando, leyendo y buscando documentos para poder escribir y contar con veracidad episodios de nuestra historia.

Desde hace un tiempo, estoy abocada a estudiar sobre la inmigración mapuche a la región de Aysén. estoy iniciando esa investigación y he tenido que leer a historiadores, etcnografos, tesistas y ensayistas para sentar las bases de lo que es mi hipotesis, que dice que los mapuches no son originarios de Aysén y que llegaron a la zona al mismo tiempo que los otros pioneros o colonos.

Durante años ha existido una controversia entre argentinos y chilenos sobre la pertenencia del pueblo mapuche a ambas  naciones. Los argentinos dicen que son indigenas chilenos y los chilenos dicen que son indigenas argentinos. La verdad sea dicha, los argentinos no tienen razón y los chilenos tampoco, aunque los chilenos pueden alegar a su favor, de que los mapuches entraron a Chile por el territorio que hoy es Argentina.

En estos momentos no voy a dar  muchas explicaciones de mis muchas lecturas y estudios sobre  los mapuches, peero hay algo que me llama la atención y que compartiré con ustedes.

Debido a la alta tasa de cáncer al higado y la prevalencia de la diabetes en la raza mapuche, un tesista de la Universidad Complutense de Madrid, España, llamado  Carlos Hernando Parga Lozano, realizo un estudio genetico en  104 personas de origen mapuche, no relacionados por origen parental y de distintas comunidades, llegando a la conclusión de que los actuales mapuches tienen una gran diversidad genetica a través del mestizaje por la vía materna y que en definitiva  ellos descienden  de los Uros, habitantes de la meseta de Collas de Bolivia y Perú, de los Wayuu, habitantes de Guajira, Colombia, de los tarahumaras, habitantes de Mexico, de los lamas, habitantes de Perú, de los Quechuas, habitantes de Ecuador, Perú, Bolivia y el norte de Chile y de los Aymaras quienes habitaban desde Ecuador a Chile en las zonas precordilleranas o altiplánicas. La lengua, que hoy conocemos como mapudungun, era una lengua común a todos estos pueblos originarios, con distintos giros,con origen en la lengua chipalla, dependiendo de las zonas, al igual que el español que hoy se habla en toda hisponoamérica y por ejemplo en Chile se dice guagua por un bebé recién nacido, pero en otros paises se les denomina guagua al transpote público y hay palabras que se usan en la Araucania como chaira, niachi etc que son palabras de origen quechua. 

Los actuales mapuches fueron los primitivos Reches, a los cuales sus enemigos acérrimos, los incas, les denominaban  araukas, derivado en araucanos, cuyo significado era peyorativo y significaba algo así como pueblo peleador o belicoso. Los reches bajaron hasta la actual Araucania por el lado este de la cordillera de Los Andes, nunca cruzaron el desierto de Atacama y en la medida que avanzaron sobre el actual  país argentino, fueron guerreando, tomando cautivas y llegaron a las actuales provincias de Neuquén y Río Negro en Argentina y cruzaron por algunos pasos cordilleranos asentándose en lo que hoy se conoce como Araucanía, desde el río Bio Bio hasta el río Tolten. quedando un grupo de ellos en la actual Argentina. Conservaron el nombre de reches por mucho tiempo,  fueron conocidos tanto por los incas como posteriormente por los españoles,  como araucanos hasta el siglo XVII, donde ellos se autodenominan mapuche, que significa gente de la tierra Los araucanos, reches o mapuches llegaron a nuestro país en el siglo XVI, pero para entonces ya existian varios otros pueblos originarios y en lo relativo a Aysén, en el litoral, vivían los Chonos, que según estudios arqueológicos a las cuevas funerarias y a los conchales exitentes tienen una permanencia aproximada de cinco mil años  en la región y según estudios, en la unión con mujeres veliches de la Isla de Chiloé dieron origen a los Huilliches.

Es posible que en uno o dos años, esta investigación pueda salir a la luz de forma de libro. No es fácil, después de leer cuanta tesis, ensayo, o  relato histórico disponible, viene el estudio documental para saber cuando y como llegaron los mapuches a nuestra región, luego vienen el ordenamiento de todos los datos, la redacción y posteriormente la edición del trabajo y la búsqueda de financiamiento que está cada día más difícil de conseguir. Lo único cierto, hasta aquí es que los mapuches  no son originarios de Aysén. No hay evidencias que así lo comprueben. Un tema muy interesante y por cierto apasionante.

viernes, 15 de abril de 2022

El baño araucano a la luz de la luna

 

Sigo con los relatos de la señeora E. que son bien entretenidos



 

Hace muchos años teniendo una chica araucana en casa, le dí una toalla y jabón diciéndole que se vaya a bañar  al estero que pasaba cerca de la casa. Creo que el baño de ella era un poco distinto al baño de Cleopatra, pues me dice que no puede bañarse rápido, porque esta acostumbrada a sentarse largo rato en el agua para aflojar el piñén y después restregarse con la arena suave del río. Total que cuando volvió la vimos con una gran camisón que más bien parecía una mortaja de esos tiempos.  Cuando la veo mojar todo el corredor le pregunto porque no se ha secado con la toalla, me contestó que estaba tan limpio el mantel que no se había atrevido a usarlo. Cuando después le pregunté si se había sacado el famoso traje de baño, me miró muy asustada y me  pregunto si yo conocía el cuento del Pillán y me  contó: Nosotros no bañar sin camisa gruesa porque venir el Pillán y me cuenta emocionada. Dicen que la hija del cacique, que era muy bonita, se bañaba siempre en el río y de noche cuando había luna, se quitaba el camisón para verse reflejada en el agua y nadar. Pero una vez que se bañaba con luna llena y estando, contemplándose y cantando su canto triste, le salió el Pillán y no sé que paso que quedó #encantada# por mucho tiempo y que un brujo le hizo algo que no se supo nunca, pero lo cierto es que a la llegada de la siguiente primavera tuvo una guagua, que cuando la vio el cacique se la quitó y la quería matar delante de ella, porque decía que era la ofensa más grande, pues tenía unos lindos ojos azules y la piel no tenía el color de su raza. Se cuenta que ella siempre , en las noches de luna iba al río para ver si aparecía el famoso Pillán, pero nunca regresó. Y un buen día ella  no volvió del río y cuentan, que la encontraron ahogada con su hijo en los brazos. Yo creo que ella se dio cuenta que el Pillán ya se había olvidado del embrujo y andaba pillando en otras partes lejanas. .

Allí me di cuenta que sería lo mejor que siguiera bañándose con esa mortaja y nunca en un momento nocturno.

Nunca olvidaré el antiguo traje de baño, una vez que me acerqué adonde estaba colgado secándose y le ví en el extremo unos cuantos cordones gruesos y pensé que estaban muy bien hechos para contrarrestar la pillería del Pillan.

miércoles, 6 de abril de 2022

Un viaje de nuestro Presidente Pedro Montt al sur.

 

Continuando con los escritos de la señora E, aquí les dejo este relato.

Como buen presidente, don Pedro Montt, cuando estaba en su puesto fue al sur para conocer sus poblaciones y problemas. Cuentan que cuando llegó a Temuco, todos lo saludaban con cariño, tanto los chilenos como los descendientes de extranjeros. También se juntó una gran cantidad de araucanos a conocerlo y saludarlo. El los saludó con mucho cariño y los felicitó por su orden y buena conducta. De repente le dijo entre risas, he oído que ustedes a veces se comen un caballo u oveja del vecino. Allí un mapuche se adelantó y con mucha honradez le dice que es cierto, que cuando ven un animal gordo de algún vecino y tienen deseos de comer carne se lo comían, pero le dijo, a nosotros nos han dicho  que en Santiago todos robar, hasta el Presidente robar y ese ser rico y no tener hambre.

El presidente le pregunta muy divertido que quienes decían eso y el mapuche muy honrado le dice “aquí todos decir eso”.

Dicen que Su Excelencia lo contó en Santiago, a su regreso, con mucho sentido del humor diciendo que en todas partes se aprende algo y los araucanos son valientes para reconocer sus faltas y robos, no como muchos…





Documento histórico

Nuestra soberanía en el Estrecho de Magallanes 




domingo, 3 de abril de 2022

El barco Helga

 Hoy me dedicaré a contarles una historia de un barco de mi querido lago, para ir matizando los relatos de la seeñora E, con mis propios relatos.

Ayer tuve la agradable visita de don Mario Sepúlveda Bering y su hijo Tomás. Don Mario es arquitecto Naval y aunque tiene muchas importantes obras a su haber, en Chile y el extranjero, es una figura histórica en nuestra historia lacustre, ya que fué el arquitecto de nuestra querida barcaza Pilchero. Fue una grata y larga conversación, tanto con don Mario como con Tomás, quien es antropólogo. Durante cereca de trs horas hablamos de muchos temas históricos y entre otraas cosas me contó que era amigo de uno de los hijos de Paul de Smet, quién le contó la historia del barco que  la colonia había traído desde Europa. Como eso no es verdad, hoy les quiero contar el detalle de la historia del  barco Helgo, que fuerea propiedad de los belgas de Chile Chico.


Cuando en el año 1949 se establecen en Chile Chico los miembros de la comunidad belga, traían entre sus proyectos el construir una embarcación de cien toneladas. Al no poder concretar este proyecto, por lo oneroso que les resultaba, deciden comprar en Caleta Córdoba una embarcación que se encontraba varada. Este barco fue construido en un astillero del Río Tigre en Argentina aproximadamente en año 19181. Hecho en madera de quebracho, de gran dureza, que provenía de la zona de la Provincia del Chaco, fue proyectado para la navegación a vela, teniendo un motor auxiliar semidiesel de fabricación alemana de marca Bollinder. Desde su construcción, hasta fines de la década del treinta se dedicó al cabotaje marítimo entre Bahía Blanca y Comodoro Rivadavia. A fines de esa década, fue comprado por doña Elizabeth Doolan Biggs viuda de Jensen quien era propietaria de una estancia en Tierra del Fuego hasta donde lo traslada. En 1941 es vendido a doña Catalina Morrinson esposa de John Dick Henderson, quien lo matricula con el nombre de “Helga” ,bajo bandera chilena en el puerto de Valparaíso. En 1946 la familia de doña Catalina Morrinson vende nuevamente el barco, esta vez a don Pedro López Alfonsín, quien lo traslada a Río Gallegos y le consigue una matricula bajo bandera argentina y mantiene el nombre de “Helga” para el barco. El señor López Alfonsín forma una sociedad dedicada a la pesca del cazón, pez abundante y recién aparecido en el Golfo de San Jorge, y traslada al “Helga” hasta esa zona. El cazón tenía una alta demanda pero desapareció rápidamente y el negocio no fue próspero. Anclan la nave frente a Caleta Córdoba a veinte Km. De Comodoro Rivadavia. Un fuerte temporal arrastró la nave y ocasiona considerables pérdidas a unas instalaciones de YPF, empresa petrolera que entabla pleito en contra de los dueños de la embarcación.. Poco tiempo después otro temporal arrastró al barco hasta las playas de Caleta Córdoba dejándola en muy mal estado. Allí lo encuentran los miembros de la comunidad belga de Chile Chico que andaban en la búsqueda de un barco de similares características y a fines del año 1949 deciden comprarlo. Hecha la transacción, contratan un camión de YPF de grandes proporciones y trasladan el barco hasta el sector del río Pedregoso en las cercanías de Perito Moreno. Lo dejan allí por un tiempo para reparaciones urgentes y luego lo remolcan con el barco “Chile” hasta Chile Chico en donde en poco tiempo queda en condiciones de navegar. Por muchos años el “Helga” sirvió no solo a los miembros de la colonia belga sino que a toda la comunidad. Pero sus armadores no tenían como principal actividad el cabotaje lacustre y deciden arrendar esta embarcación. Estando el barco en Puerto Ingeniero Ibáñez, cargado con más de cuarenta tambores de bencina, una imprudente maniobra de uno de sus tripulantes, que al sentir un fuerte olor a combustible, abrió las escotillas y encendió un fósforo para comprobar el estado de la carga. La llama del fósforo enciende inmediatamente el gas acumulado en las bodegas, y el “Helga“ vuela por el aire en una gran explosión que felizmente, no afectó al tripulante que milagrosamente logró saltar al muelle. Así terminó la historia de una embarcación que navegó en el Atlántico, en el Pacífico y en el Lago Buenos Aires.

1 Smet de, Pablo: Correspondencia personal







jueves, 31 de marzo de 2022

LA RAZA ARAUCANA

 En el año 2018, comencé a transcribir unas notas contenidas en dos cuadernos, escritas por una señora, cuyo nombre y apellidos no los conozco. Solo firma como E de y el apellido del marido aún no lo puedo descifrar. Estos cuadernos  llegaron a mis manos de parte de un jovencito de más o menos 17 o 18 años que era amigo de mis hijas. Vivía en Coyhaique y venía a Chile Chico, así que solíamos invitarlo almorzar o a la hora del té. Como supo de mi interés por la historia, me trajo estos cuadernos que pertenecían, no sé si a su abuela o bisabuela. No regresó a buscarlos, nunca más supe de él y he conservado los dos cuadernos de manera impecable por un poco más de treinta años. Hay muchos relatos, la señor E, escribía sobre política, religión, economía y sus vivencias y son escritos entretenidos que compartiré en este blog. Intento algún día donar estos cuadernos a algún Museo de Pucón Ayer dije que ella había llegado a Pucón en el año 1912, la verdad es que llegó, al parecer en 1910.

Aquí les dejo el relato sobre la raza araucana y hago especial mención de que ella habla de araucanos y no mapuche


La raza araucana

         Se dice que tenían antes un fuerte en Arauco. Vicuña Mackena, en su "Guerra a muerte" ha mencionado la gran valentía y moral de esta raza. Yo pude ver algo de esto cuando el año 12, fuimos invitados por el cacique Cesáreo Antinao a su reducción, o sea donde vivía él, en el valle de Trancura. En una pampa grande que era un pedazo de terreno plano, sin plantas. En un alto estaba la ruca de él, típica araucana y donde creo que por nada del mundo habría modernizado algo. En un gran círculo alrededor de la pampa, las chozas de las mujeres. En el centro jugaban los niños. Claro que al llegar, se perdieron todos no sé dónde, pero cuando el cacique les gritó en su lengua que eran buenos amigos, llegaron de todos lados, también algunas mujeres con su huso y la muchacha que estaba moliendo algo en una piedra grande sobre un cuereo curtido. Los niños jugaban a la chueca, que recuerda ser pariente del golf y así les enseñaban ha tener puntería y hacer fuerza. Otros se pescaban del pelo y trataban de derribarse o se daban de carnerazos agarrados del pelo que por lo general era bastante largo y “bien poblado”, así se les endurecía el cráneo para más tarde pelear la “lonco-lonco.

      Las niñitas estaban alrededor repartidas, algunas trataban de hacer bailar el huso con un poco de lana, y las más chicas, con un palo redondo envuelto en trapos de color y a veces con cintas, jugaban a las muñecas. No era difícil hacer una “muñeca araucana” pues no necesitaba ni brazos ni piernas, todo en ellas estaba amarrado hasta arriba y solo asomaba una carita de palo, porque la cabeza también estaba amarrada con un trapo triangular, parece que tenían antes de nosotras, esa moda. Los mocositos bien chicos que no tenían nada más que un trapo de forma cuadrada amarrado con un cordón rojo de lana, estos tenían montoncitos de piedras redondas y trataba de tirarlas a un hoyo que habían hecho. Me dijeron como se llamaba este juego, pero no lo recuerdo.

     Desgraciadamente con la muerte del cacique se acabó todo esto, y los “mapuche” de hoy día tienen vergüenza de de contar algo de sus costumbres y decir que descienden de una raza valiente y respetuosa entre ellos.

     Esto no quiere decir que los unos se comían las potranquitas del otro y viceversa. Dicho sea de paso, ningún mapuche habría montado una yegua. Estas eran para la trilla, que se hacían todas a yegua y cuando estaban viejas las engordaban y hacían el rico charqui, que lo llevaban en el bolsillo y lo comían crudo como nosotros comemos el maíz tostado. Decían que cuanto más vieja la yegua, más blando salía el charqui. Creo que también esto ha cambiado, pues cuando la carne sale dura se dice que el buey sería viejo…

    El araucano era muy respetuoso entre sí. Cuando salían, primero venía el hombre, unos pasos más atrás venía la mujer, después los hijos hombres y después las niñas. Todos con la cabeza agachada mirando el suelo en señal de respeto y también porque las sendas eran muy angostas y jamás se les habría ocurrido a alguien salirse de la fila.

    También esto ha cambiado con la civilización, pues ahora corren los niños adelante olvidando que los viejos a veces no pueden correr tanto y ningún niño grande sale con sus padres, pues tienen sus grupos, les daría vergüenza salir con sus viejos.

    Cuando preguntamos al cacique que cuantas mujeres podían tener, nos mostró unos cuantos graneros grandes, hechos de tablones de raulí que buscaban y dejaban pulidos y cepillados con una especie de azuela que la manejaban con maestría.  Nos dijo “Tanta comida hay en los graneros, tantas mujeres podían tener con hijos, para criarlos gordos y grandes. Sabemos que algún día venir huincas y quitar todo”. No estaba muy equivocado, no ha habido ninguna invasión blanca, pero creo que hoy en día no quedan muchos restos del cacique. Encontré hace algunos años a un mapuche grande, que me saludó diciendo que era hijo de don Cesáreo, pero creo que tiene un pequeño predio y no es cacique ni cosa parecida, solo el gran orgullo de llevar el mismo nombre. También había olvidado al guanito que yo tuve de compañía hace tantos años y me dijo que lo iba a traer. Cual sería mi sorpresa cuando llegó un gran hombre que me mira con cariño y me abraza efusivamente diciéndome que siempre me recordaba con cariño. Las niñas jóvenes de los mapuches hoy día se nombran paisana y casi todas se emplean en las casas, hoteles o residenciales y son orgullosas de sus uniformes o delantales blancos y una me decía con orgullo: “hoy día ser paisanos, todos ser chilenos.

Creo que hoy día ninguna Fresia tiraría a su hijo a los pies de su Caupolicán.


miércoles, 30 de marzo de 2022

Promesa de continuar lo iniciado el año 2018.

 En el año 2018, comenzá a transcribir un diario de vida, con muchos relatos de la señora E., una hija de alemanes, que se casó con otro descendiente de alemanes y se fueron a vivir a Pucón  el año 1912. No es trabajo fácil, ya que la letra de la autora es bastante complicada, pero es interesante lo que ella nos cuenta del Pucón de la segunda década del Siglo XX, de los araucanos y sus  costumbres y entre otras muchas cosas de la erupción del volcán Villarrica, que se llevó todo el trabajo que ella y su marido había realizado por varios años en el fundo de su propiedad llamado Los Chilcos. Mañana  subiré un relato sobre el Cacique Cesareo Antinao. En esos años se les decía araucanos y no mapuche.





domingo, 20 de marzo de 2022

Una familia con historia

 Hoy les transcribo una parte de una comunicación que mantuve  ocho años atrás con Miguel Schclarek y que me parece interesante de dar a conocer, ya que su  abuelo y uno de sus tíos tuvieron un negocio en el actual pueblo de Cochrane en la región de Aysén y por supuesto merecen ser recordados.

FAMILIA SCHCLAREK KLEINOT

 

Desde aquella Polonia repartida y dominada a lo largo de los siglos, la de las insurrecciones heroicas y de las duras represiones, la de las divisiones religiosas y de las discriminaciones de cultos y de etnias... parte Luís Schclarek (originalmente Icek Lajzer Szklarek) en 1911, tenía entonces 30 años, había nacido el 15 de mayo de 1881. Lo empuja la pobreza y cierta persecución por ser judío. En Plock, entonces un pueblo dormitando en la ribera del Vístula, quedan su esposa Raquel Kleinot (originalmente Rachel Ester Kleinot) con quien se había casado en 1904 y sus hijos Matías (Matus) de 7 años de edad, nacido el 23 de abril de 1905, León (Leib) de 4 años de edad, nacido el 26 de octubre de 1908 y Elías (Eliasz) de 1 año de edad, nacido el 25 de diciembre de 1910. Poco cuesta imaginar la despedida: apretadas las manos y los ojos enturbiados hasta perder la figura amada; en las gargantas, un “nudo” extraño de penas y de esperanzas: ...en América, la tierra de las buenas promesas ...pronto volverían a estar juntos...

Luís llega al Puerto de Buenos Aires donde en la oficina de inmigración como a tantos al ingresar a Argentina lo anotan modificando su nombre y apellido original.

 

Urgido por la necesidad de ganarse la vida se sumerge en el movimiento de esa ciudad desconocida. Se larga en busca de trabajo, tal vez con otros muchachos llegados con similares urgencias y con los que había convivido en esos días en que permanecían alojados en el viejo Hotel de los Inmigrantes, que funcionaba junto al puerto y en el que se instalaban hasta tramitar sus papeles. La Avenida de Mayo era uno de los lugares claves para iniciar la búsqueda, muchos europeos tenían allí sus comercios: confiterías, bares, hoteles, en esos tiempos y allí consigue Luís, ocuparse como ayudante de cocina, pelando papas en un clásico hotel situado en esa calle. Eligió ese trabajo porque no necesitaba conocimientos del idioma. Luís era un hombre relativamente culto para la época. En su Polonia natal había estudiado en una escuela religiosa judía y su profesión original era la talabartería. Luego de un corto tiempo ya con un poco mas de conocimiento del idioma tratando de buscar un lugar mas acorde con sus aspiraciones, busca y consigue trabajo de cocinero, en las cuadrillas que justo comenzaban la construcción de línea A, que va desde Plaza de Mayo a Primera Junta, primera línea de la red de subterráneos de la ciudad.

 

Y por fin se embarca rumbo al sur... y recala en Puerto San Julián. Siempre en el oficio que había adoptado, trabaja en la “San Julián Sheep Farming Co.” y en el Frigorífico Swift. Establecida la comunicación con la gente y con un mayor dominio del idioma, Luís se inicia en el comercio: se transforma en “vendedor ambulante” (cuentenik, fonéticamente, en el idioma idish), un “mercachifle a pie”. Con una valija, ofrece su mercadería a los compañeros de trabajo. Así comienza ese intercambio: posiblemente el pago no sólo fuera en dinero sino en frutos del país: pieles, plumas, etc.

 

Con una innata capacidad comercial, austeridad de vida y el tesón propio de aquellos inmigrantes, Luís va adquiriendo capital que invierte en un local y vivienda de chapa y madera, típico de entonces, en el que instala una “Tienda y Talabartería, Ramos Generales”.

 

La Huelga del 21 lo sorprende en esta actividad. Tenía en ese momento un camioncito para el transporte. Cuentan que la milicia quiso confiscárselo para utilizarlo en el transporte de tropas para reprimir el levantamiento obrero. Luís que había sido influido en su Polonia por las ideas del socialismo, propias de las luchas de principios del siglo XX, se rebela ante esto y rompe con un hacha las ruedas del vehículo... lo que ocasiona su detención y 24 horas “de plantón”, demorado en la comisaría.

Durante todos estos años, Luís permanece alejado de su familia. 2 o 3 años después de su partida, estalla la Primera Guerra Mundial (1914) y pierde todo contacto con los suyos; fueron años de soledad y de angustiosa incertidumbre en los que alentado por la esperanza, coloca todos sus esfuerzos en mejorar su situación para poder traerlos cuando finalizara la guerra. Por fin logra restablecer la comunicación en 1920. De inmediato les envía el dinero necesario para venir...pero no sería tan pronto el reencuentro. Un familiar aconseja a Raquel invertir en Polonia ese dinero en un negocio que parecía seguro, con el objetivo de viajar luego a San Julián con cierto capital. La inversión fracasa y debe pedir nuevos fondos a Luís que recién puede hacerse de ellos en un año más, en 1921. Para entonces, la inflación después de la guerra había hecho variar los precios y el nuevo envío de dinero alcanzaría para comprar solo 3 pasajes. Habían pasado muchos años desde la partida de Luís y Raquel pensó que si pedía mas, su esposo podría creer que ella lo estaba engañando. Por lo que sin avisarle toma la dolorosa decisión de emprender el viaje con el hijo mayor Matías que por su edad ya estaba en condiciones de ayudar a su padre en el trabajo y con Elías a quien por ser el menor no quiso dejar. León, el del medio, queda en Polonia con un tío. Recién en 1923 también él llegaría. Con solo 14 años cruza Europa en tren desde Plock hasta el puerto de Cherburgo, en Francia, donde debía embarcar. Al llegar a esta ciudad y antes de subir al barco intenta enviar un telegrama al tío en Polonia para hacerle saber que había llegado bien pero al cruzar una calle camino al correo, lo atropella un tranvía y queda internado en un hospital durante 1 mes perdiendo el barco. Debe esperar hasta el próximo viaje y por fin embarca el 29 de junio de 1923 en el vapor “Andes” llegando al puerto de Buenos Aires el 19 de julio de 1923. Sus padres no sabían que había pasado y al ver que no llegó en el barco en que debía venir decidieron regresar a San Julián. Es así que casi 2 meses después, nadie lo aguardaba a su arribo, por lo que una asociación polaca de las tantas que formaban en aquella época las distintas colectividades para asistir a los inmigrantes que venían, lo toma en custodia hasta que 3 o 4 días después un viajante de comercio, amigo de la familia y que venía de San Julián con el encargo de buscarlo, lo encuentra y le brinda ayuda para viajar al sur. ¡Finalmente la familia, luego de 12 años, logra reunirse! No hay duda que cicatrices afectivas profundas quedarían en ellos de tantos años de obligada separación y de la angustia de una guerra, modelando la personalidad de Matías, León y Elías.

Incorporados sus hijos a la actividad comercial, Luis, con una visión moderna del comercio, amplia su zona de influencia comercial e instala dos locales más en la zona cordillerana: una sucursal en Lago Cochrane (Chile) y otra en Lago Belgrano.

 

Matías, el hijo mayor, un joven que se destacaba por su fuerza física, enferma de apendicitis. El médico local Dr. De La Reta, que se enfrenta por primera vez con esta enfermedad creyendo que se trataba de una simple obstrucción intestinal, receta por error un purgante y bolsa de agua caliente. La apendicitis se transforma en una peritonitis irreversible y Matías muere en plena juventud con 21 años, el 18 de diciembre de 1926. En el cementerio local, se alza sobre su tumba, llamando la atención, un fuerte tronco con las ramas sesgadas, simbolismo de su vida rota.

 

León se casa con Elena Tolkachier el 26 de septiembre de 1942. Elena, cuyos abuelos habían llegado desde Ucrania a Argentina en 1896, provenía de una típica familia de “Gauchos Judíos” radicados en la Provincia de Entre Ríos y estaba de paso en Buenos Aires donde se conocieron siendo presentados por un familiar de ella. Pocos meses después, cuando muere Raquel su madre, León le propone casamiento y ella acepta estableciéndose en San Julián. Tienen 3 hijos, Matías, Miguel Fernando y Raquel.

 

Elías, luego de enviudar tempranamente de su primer esposa Micaela (Choly) Fernández, se casa el 14 de febrero de 1942, con Vesna Sumich y no tienen descendencia. Los padres de Vesna, de origen Yugoslavo y radicados originariamente en Punta Arenas, llegan a Puerto Deseado donde el Sr. Sumich había sido contratado para trabajar en la construcción del ferrocarril de Deseado a Las Heras. Su casa en Puerto Deseado, una de las primeras de piedra, todo un lujo para la época, es después del Banco Nación la primera del pueblo que contaba con cuarto de baño. Con el tiempo el Sr. Sumich compra tierras fiscales fundando la estancia “Los Toldos” donde se encuentra la Cueva de las Manos del Cañadón del Río Pinturas. Vesna y Elías se conocen en Perito Moreno entonces Lago Buenos Aires, en casa de una amiga común. Elías se encontraba trabajando en el negocio de su familia ubicado en el Lago Cochrane.

 

Raquel Kleinot fallece el 1 de mayo de 1941 y Luís Schclarek el 11 de octubre de 1945. Ambos descansan en el cementerio de San Julián.

 

A la muerte de sus padres, León y Elías continúan en sociedad con la actividad comercial y compran Río Blanco otro negocio más en la zona cordillerana próximo a Lago Pueyrredón. Con el tiempo los hermanos se separan y León se hace cargo del negocio de San Julián y Elías de Río Blanco.

 

León forma una sociedad comercial con Agustín Fernández y su hermano menor Pablo Fernández a la cual se integraría con el tiempo Aquilino Quintana reduciendo en ese entonces la actividad a una única casa comercial: la tradicional “Casa Schclarek” de la calle 25 de Mayo al 1044, que hasta hace no tantos años siguiera funcionando. Agustín había comenzado a trabajar en “Casa Schclarek” los primeros días de agosto de 1944., todavía en vida de Luís Schclarek. En una segunda etapa abren una sucursal en Caleta Olivia: Tienda “El Golfo”. En 1955 León se traslada con su familia Buenos Aires donde la sociedad comercial instala una oficina para potenciar la actividad lanera pero la crisis del sector llevó al fracaso este proyecto. León fallece en Buenos Aires el 19 de abril de 1995 a los 87 años de edad. Su esposa Elena Tolkachier hoy tiene 85 años y sigue viviendo en Buenos Aires.

 

Elías junto con su esposa Vesna, con un criterio muy progresista para la época y una tremenda capacidad de trabajo y organización, transforman Río Blanco am

mejorando la quinta que les brindaba frutas y vegetales para la auto subsistencia. Es así que se coloca un surtidor de nafta, algo fundamental para atraer viajeros, se mejoran las habitaciones del pequeño hotel, se instala un motor que genera electricidad para el ahora pequeño poblado en que se había transformado el negocio, lo cual a su vez permite la instalación de un transmisor de radio. En esa época venía gente de las estancias vecinas para ver por primera vez en la vida una lamparita de luz funcionando y “Don Elías” y “Doña Vesna” transformaron su transmisor en la posibilidad de contacto con “el mundo” para todos los habitantes de la zona ya sea para saber noticias del “pueblo”, enterarse del estado de salud de un familiar, comprar un remedio o hacer encargos que luego “El Cordillerano” traería el sábado a la tarde en su único servicio semanal desde San Julián. Ese lugar tan aislado de la “civilización” en donde la gente solía decir “bajo al pueblo” antes de recorrer los 600 km de camino de ripio que lo separan de San Julián, se transformó por la voluntad y el esfuerzo de sus propietarios en un lugar “vivible” para ellos, para los que trabajaban allí y trascendiendo su actividad el mero objetivo de lucro comercial en una actividad con un sentido social que abarcaba la pequeña región. En una época, Río Blanco llegó a tener hasta un médico que atendía gratis porque de su sueldo se hacían cargo Elías y Vesna quienes lamentablemente cambiaron el “boliche” por una estancia en las cercanías. Con el paso del tiempo Río Blanco fue decayendo hasta no ser hoy más que una ruina abandonada. Mas adelante Elías y Vesna se mudan a Buenos Aires vendiendo esta estancia para dedicarse Elías, como lo había hecho su hermano León, a la actividad de compra y venta de lana. Al igual que lo sucedido con su hermano, la crisis del sector hace que fracase en su proyecto. Elías fallece en Buenos Aires el 7 de mayo de 1980. Vesna, con 80 años, sigue viviendo en Buenos Aires.

 

Descendientes de León y Elena:

 

Matías(Mato) nacido el 24 de septiembre de 1943, es veterinario y desde hace 24 años vive en la ciudad de Nazaret en Israel. Se casó con Rita Alicia Stein y tienen 3 hijos: Valeria, Florencia y Lucas. Valeria tiene un hijo: Tom, primer y hasta ahora único tataranieto de Luís Schclarek y Raquel Kleinot.

Miguel (Bebe o Colorado) nacido el 17 de agosto de 1944, es arquitecto y en estos momentos está radicado en Buenos Aires después de haber vivido en Suecia y en España 21años. Tiene 3 hijos que viven en Suecia: Alfredo, Shai Pablo y Leandro Maaian. El primero de los hijos con María del Carmen Curutchet y los dos siguientes con Diana Mulinari.

Raquel (Quela), nacida el 24 de abril de 1949, vive en Buenos Aires. Está casada con Chacho Martínez . Tiene 3 hijos: Verónica, Manuela y Javier.

 

Hasta el momento Luís Schclarek y Raquel Kleinot, tienen nueve bisnietos y un tataranieto.

 

 

 

Fuente: MIGUEL SCHCLAREK TOLKACHIER

 



miércoles, 16 de marzo de 2022

Desde una esquina del sur del mundo

Es muy difícil mantener una constante en la escritura desde esta equina del sur del mundo. Hoy estuvimos desconectados de internet, sin poder recibir ni hacer llamados, sin la posibilidad de leer algo interesante y mucho menos de escribir y publicar. Hubo un poco de viento, pero no tanto como estamos acostumbrados. Felizmente llegó la barcaza y en ella mi nieta Constanza que viene desde un intercambio en Canadá y que llegó ayer a Coyhaique pero no pudo viajar por Puerto Cerrado. l

La verdad es que el puerto pasa cerrado constantemente y nos llama la atención, ya que quienes hemos nacido en este pueblo lacustre, hemos viajado con muchos temporales y en días peores, pero en fin, luego de casi tres meses de que mi adorable nieta estuviera en Canadá, específicamente en Toronto, solo queríamos que llegara y poder seguir disfrutando de su alegría. Hoy también tuvimos la alegría de saber que nuestro nieto Valko Ignacio, que estudió Robótica y mecatronica, por fin pudo encontrar el lugar donde hacer su práctica y Dios mediante, hasta podría irse a presentar su trabajao a un Congreso Internacional. Puras alegrias y entremedio,  la nunca bien deseada visita al dentista para una limpieza  que siempre es necersaria. Les estoy hablando de cosas personales y son casi las doce de la noche, pero estoy contenta y agradecida de Dios y de la vida que me permite vivir en un remoto pueblo del sur de Chile, donde la vida transcurre plácida y serena. Ya vendran tiempos de hablar de nuestra historia. Un gran saludo a todo


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martes, 15 de marzo de 2022

Un nuevo comienzo

Parece que cada dos años me dan ganas de escribir en este blog. Pero la verdad es que he decidido retomar esta actividad y esforzarme para ir contando historias desde esta suranía llamada Aysén. Pretendo escribir de todo, de lo humano y lo divino y matizar los  comentarios sobre mi tierra, con otros comentarios de lo que sucede en mi región, en Chile y el mundo. Parece que el horno no está para bollos.Además de la pandemia, que por cierto no ha terminado, ahora estamos con la invasión rusa a Ucrania, Una invasión que estremece. por la crueldad, pero los rusos nunca se distinguiereon poir ser seres benevolentes y ahí esta el señor Putin, amenazando al mundo con una guerra nuclear. . En tanto en Chile hay un cambio de gobierno y el nuevo Presidente, que es magallánico por nacimiento y familia, está viviendo sus primeros días en la casa de gobierno y solo deseamos que lo haga bien. 

Les dejo esta heremosa foto de un atardedecer de mi pueblo