viernes, 13 de julio de 2007

Otro testimonio documental

Los Sucesos del Lago Buenos Aires o Guerra de Chile Chico, ocurrieron entre los meses de abril a septiembre de 1918. A pesar de lo cruento y a pesar de todas las dificultades, don Cantalicio Jara se dió el tiempo para, en pleno desarrollo de esos sucesos, comprarse un auto en Comodoro Rivadavia. Este auto lo compró como un regalo para su hijo Julio, que vivía en la zona de Lago Blanco y estaba a cargo de una estancia de propiedad de Cantalicio Jara. Comparto con ustedes este documento que es uno de los muchos que he ido recopilando en mi vida.

Testimonio documental

Este pasaje fue extendido en el año 1949 y es uno de los documentos que acreditan la veracidad de los relatos.
Parece que muchas veces cuando contamos historias la gente duda de eellas. He contado en varias oportunidades que Lan Chile hacía una escala técnica en Chile Chico en su viaje a Punta Arenas, más de un magallanico debió quedarse en Chile Chico alojando en el Hotel Plaza, el Hotel Antártica u otros porque las condiciones de tiempo no permitían el vuelo. Eran los tiempos del DC3, esos "inmensos" aviones en los que nos trasladábamos fuera de la Patagonia. Aquí está el testimonio


jueves, 12 de julio de 2007

Historia de mi tierra


Para los que creen que han llegado a la región de Aisén y descubrieron la pólvora, les invito a revisar esta propaganda. Fue la primera fábrica de Aisén y estaba ubicada en Mallín Grande, por allá por la medianería de los años 30. Su propietario, don Pascual Giorgia, era un descendiente de italianos que creía en la empresa privada. En las magníficas tierra de Mallín Grande, cultivaba la cebada y fabricaba la cereveza con las cristalinas y limpias aguas de la zona. Su producción la vendía en las cercanías y la "exportaba " a la Patagonia Argentina. Sacaba muchos pilcheros con cerveza, atravezaba el temido Paso de Las Llaves y vendía su producción. Cuentan los viejos pobladores que esta cerveza era exquisita. Como ven, en Aisén, muchos y hace mucho tiempo tuvieron ideas innovadoras. Hoy, los pusilánimes no se atreven a emprender un negocio si no están avalados por el Estado. Un ejemplo de la fortaleza y el tesón de nuestros primeros pobladores.

miércoles, 11 de julio de 2007

Que no se la lleven pela'

Por estos días he leído bastante sobre los movimientos en contra de todo, de las minas, de las centrales hidroeléctricas, sobre el turismo masivo etc. En la radio se escucha una propaganda que dice ¡Yo me opongo! y dice relación a las represas en los ríos Baker y Pascua. Bueno, yo NO ME OPONGO. Resulta controversial que una persona tan fundamentalista con su tierra no se oponga a la intervención de dos importantes ríos de la región. Sin embargo creo poder explicarme. Creo en la real necesidad de nuevas fuentes energéticas para el país y para la región. Creo que el desarrollo de nuestra zona también pasa por tener una energía barata., pero… no quiero que HidroAysén o Endesa, se la lleven pelada. No señores. Acá debe haber en primer lugar una cuidadosa planificación de los trabajos. Es posible que en vez de inundar diez mil hectáreas, con solo cuatro mil, el proyecto sea viable y por sobre todo, aparte de cuidar el entorno, hay que ponerles muchas normas a esta inversión, normas que deberían cumplirse, entre ellas la de dotar de energía eléctrica a toda la región y que ésta no solo sea una servidumbre de paso. Sería horrible que los aiseninos veamos pasar cientos de kilómetros de cables que conducen energía y que a nosotros no nos llegue ningún KW. Creo que negarse a la instalación de estas centrales es una pelea inútil, ya que el Gobierno, por lo que se escucha y se lee, está firmemente comprometido a que el proyecto se ejecute, por tanto creo que la mano va por unirnos como aiseninos y conseguir primero, que la energía también llegue a nuestra región, a toda, sin excluir a pueblos como Chile Chico o Puerto Ibáñez o Puerto Sánchez que quedan fuera de la ruta de postación y en segundo lugar conseguir que esta energía sea una energía barata para nosotros. No en vano vamos a sacrificar dos hermosos ríos y muchos cientos de kilómetros en donde forzosamente se derribarán árboles y sería una tremenda injusticia que no tengamos a cambio algún beneficio importante. Yo no le pido la caridad a HidroAysén, yo pido una retribución justa por el daño a nuestro patrimonio natural, porque no puedo desconocer que va ha haber daño y ese será irreversible. A mi no me basta con que esta empresa regale algunos libros para una escuela, dote de un computador a otra y así reparta pequeñeces. Yo NECESITO que HidroAysén realmente se comprometa con la región, con su cultura, con sus trabajadores y sus habitantes. He sabido que los sueldos que ofrecen por ahora en la etapa inicial no soy muy buenos y menos son buenos para los profesionales de la región que se sacaron la “ñoña” para salir de ella a estudiar y no es justo que les ofrezcan sueldos irrisorios. Tampoco me parecería bueno que los trabajadores que construyan estas represas estén sujetos al sueldo mínimo, la verdad es que con $144.000 en Aysén no se vive, solo se sobrevive, y si los ejecutivos ganan millones, es perentorio que los que hacen la pega también tengan un sueldo justo. Por eso invito a los aiseninos y a quienes quieran acompañarnos, a unirnos en una campaña que, por una parte, obligue a la empresa con estrictas normas medioambientales y por otra parte obligue a HidroAysén a dotar de energía barata a toda la región y a pagar sueldos dignos para sus trabajadores.