jueves, 16 de abril de 2009

Un Santo en Aysén




El padre Antonio Ronchi, sacerdote italiano que sirvió en nuestro país, invitado por la obra de Alberto Hurtado y que principalmente sirvió en mi tierra, fue un verdadero santo, un misionero que se preocupó de llevar la palabra de Dios a los más apartados rincones de Aysén, y que además se preocupo de ayudar a la gente a satisfacer sus necesidades materiales. No importaba como ,pero el padre Antonio siempre llegaba a los más inhóspitos lugares llevando un mensaje de esperanzasy llevando además ayuda material que se conseguía vaya uno a saber como, pero allí estaba la harina, la leche, las legumbres, que eran recibidas como bendiciones. En mi viaje a Villa O'Higgins tuve el privilegio de entrar a su casa museo y conocer su dormitorio, tocar sus pertenencias. Debo confesar que el alma se me llenó de gozo y el corazón se me apretujó tanto que no pude menos que llorar. El padre Antonio, Misionero de Cristo es nuestro Santo, el Santo de Aysén. En las fotos tenemos al padre Antonio cuando jóven, su cama en Villa O'Higgins y el pequeño y humilde museo en que se guardan sus pertenencias y otros recuerdos de los pobladores

3 comentarios:

  1. Hace tiempo vi un reportaje sobre él en la tv; me impresionó mucho su labor, su carisma.
    Debe ser un privilegio estar allí junto a sus cosas.
    Cuánto habrá hecho por esos pobladores que lo recuerdan agradecidos.
    Tus fotos son muy lindas Danka, aunque tienes a favor la materia prima de un paisaje espectacular.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. el padre antonio siempre ha sido una inspiracion para muchos... para mí también. no lo conoci en persona pero siempre que voy a pto aysén, paso al cementerio al barquito que es capilla.

    que rico poder leerte Danka.
    cariños desde torres del payne
    (a veces sin conexion!)

    ResponderEliminar
  3. Hola Beatriz y Hola Paola: Que alegría recibir sus visitas y sus noticias. Aquí estoy en Valdivia por un mes haciendo la "revisión técnica", espero pasarla y despreocuparme del invierno y los achaques y recargar la batería para seguir trabajando.
    Paola: El padre Raúl también es un gran misionero y da gusto leer sus memorias y él si que es carcano a tí.
    Un abrazo a ambas.

    ResponderEliminar