Estamos a pocos días de terminar el año 2014, un año más en nuestras vidas, un año en el que despedimos a amigos o familiares, un año en que tuvimos alegrías y tristezas, un año en el cual nos propusimos metas que a veces no cumplimos. En fin, un año más que se va.
Durante este año 2014 he tenido abandonado mis blog, he estado desanimada para escribir historias y he tenido la disculpa de mi salud que por cierto no ha estado en un 100%. nada grave felizmente, solo los achaques de vieja.
Este ha sido un año en el que he leído mucho y de todo, en el que he estado analizando la situación del mundo y cuestionando muchas cosas de las cuales he sido testigo indirecta a través de la Internet o la TV. Pero dicen que la cabra siempre se vuelve al monte y si, he vuelto a mis lecturas patagonicas, a mis investigaciones y a mis deseos de seguir entregando un poco de conocimiento sobre esta maravillosa tierra del fin del mundo.
Hoy, 28 de diciembre, día en que mi hijo mayor cumple 45 años, vuelvo al redil y les envío a todos mis amigos blogueros y quienes leen mis divagaciones, que tengan una hermosa despedida del 2014 y que reciban con alegría y esperanzas el nuevo año.
En lo personal debo decir que siempre mis balances son positivos, este 2014 se sumó un nuevo nieto y se anuncia otro para el 2015 y ¿que más puedo pedir?. Los nietos son de alguna manera la prolongación de nuestra vida y de nuestra estirpe.
En una de esas, este 2015 cumplimos nuestros sueños y nos reunimos por fin en el Café Patagonia admirando el paisaje y aspirando en profundidad el aroma del ciprés, tomando unos ricos mates y escuchando nuestras propias historias.
Un abrazo a todos.
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