Esta foto corresponde a otra casa de un poblador en el Baker, entre bosque muerto y con ausencia de ventanas, solo un pequeño hueco que la reemplazaba. Las primeras casas de Aisén no tuvieron ventanas ya que era una misión casi imposible trasladar vidrios en un pilchero a través de cientos de kilómetros. Pareciera que las casas se negaran a acoger el paisaje. Hoy las cosas han cambiado, el paisaje, la naturaleza, el entorno se incorpora a la decoración de la vivienda, pero los primeros pobladores estuvieron condenados a vivir en la oscuridad. Estas fotos son los testimonios del esfuerzo colonizador de Aisén.
Es estremecedor. Simplemente.
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