Hoy escuché una noticia que me dejó alarmada y por qué no decirlo, también me dejó triste. Un poblador de Entrada Baker, vecino de los campos de la señora MacDewitt de Tompkins, llamó a Radio Santa María y expresó una queja que es la siguiente. El es un pequeño hacendado y tiene alrededor de cuatrocientas ovejas. Al hacer las faenas de "pelada de ojos" (esquila) rodeó sus animales y para su sorpresa, le faltaron ¡noventa!. Al recorrer su campo las encontró muertas por los pumas y los zorros que la señora Tompkins está "cuidando". El no sabe que hacer, si matas los pumas y lo pillan los trabajadores de la señóra Tompkins ,lo denuncian por dañar y exterminar especies protegidas y cada día su capital se está recuciendo. Lo conozco desde que era niño y sé los muchos sacrificios que hizo su familia para establecerse en ese lugar y me da rabia y me da pena la situación. Ellos no son grandes hacendados, la pérdida de 90 ovejas le significa la pérdida de más de un 20% de su capital, sin contar la pérdida de la lana y de los futuros corderos. Reclama, con justa razón, que si las autoridades autorizan a la señora Tompkins a sacar sus alambres y a mantener pumas y zorros, entonces es el Estado de Chile el que le debe pagar los daños que le hacen estos animales a su hacienda. Justo reclamo y más cuando se sabe que la señora Tompkins está sacando todos los cercos y que pìensa sacar los que limitan con la Reserva Jeinimene. Muy pronto pumas y zorros estarán dañando la hacienda de pobladores del sector Ceballos y de Mallín Grande. Resulta curioso y contradictorio que cuando no había esta instancia de "proteger" la fauna, esta igual se mantenía, pero a raya, y no libremente como ahora. Apoyo el reclamo de este poblador del Baker. Está bien cuidar huemules y guanacos que no le hacen daño a nadie, pero dejar que se propaguen los pumas y zorros que tanto daño le hacen a los pequeños campesinos, me parece una muy mala señal de parte de quienes deben velar por TODOS los habitantes de la región. Con plata se compran huevos y la señora Tompkins tiene mucha plata, pero me gustaría que la invirtiera en Estados Unidos, en superar la drogadicción y el alcoholismo que azota a su país ,y que a nosotros nos deje vivir en paz, con nuestras costumbres y nuestra cultura. El campesino de mi región nunca fue un exterminador de especies no dañinas y siempre cuidó el medio ambiente. No me parece justo lo que está pasando y es por eso que lo comparto con ustedes los lectores de este blog
en un documental que vimos sobre un caso similar en estados unidos, la institución equivalente a conaf pagaba por cabeza de animal muerto por lobos salvajes (animal protegido) y era una manera de proteger a los que estaban en peligro de extinción y además, una manera de hacerse cargo. pablo
ResponderEliminarComplicado el tema, y difícil encontrar la justa medida razonable. Tienes mucha razón, en todo caso. A veces olvidamos que el hombre (y la mujer, por supuesto) es el rey de la Creación, y no podemos perjudicar nuestro derecho al bienestar por favorecer a algunos animales. Esto último llega a límites de lo absurdo en nuestra ciudades llenas de perros callejeros, y las organizaciones que pretenden protejerlos.
ResponderEliminarPablo y Matvi: ¡que dificil conjugar la protección al medio ambiente con la protección de los intereses de las personas!.Escribí al Mercurio pero no publicaron mi carta. Me parece irreal que se proteja a los pumas y no se proteja a las personas. Cordiales saludos desde Chile Chico para ambos
ResponderEliminarMe parece bien que se protega a los pumas, no puedo creer que este a favor de matarlos, ello estaban en esa tierra antes de la llegada del hombre, lo otro com dice el primer comentario, el estado deberia pagar por cada animal que mate una especie protegida, eso es hablar con cultura, y no caer en el absurdo de querer eliminar a tan bellos animales, acuerdese, aysen es reserva de vida donde tenemos la suerte de todavia contar con una diversidad y cantidad de vida salvaje.
ResponderEliminarAnónimo: Con mi nombre y mi apellido me hago responsable de lo que escribo y en ninguna parte dije que había que matar los pumas, solo controlarlos.La región, que siempre fue ganadera, mantuvo a raya a pumas y zorros, no extirmanándolos masivamente, sino que impidiendo que proliferaran haciendo daño al capital(ganado) de los pobladores..Si los pobladores de Aisén hubiesen exterminado los pumas no tendríamos ahora el reclamo de personas como el el Señor Rojas de Entrada Baker. Al derribarese los cercos y al terminarse la inmensa masa ganasdera del Valle Chacabuco, se permitió que los pumas y zorros circularan libremente haciendo daños a las pocas ovejas que mantienen los campesinos del sector. El remedio hay que ponerlo ahora y no cuando los pumas y los zorros traspasen hacia Mallín Grande, Guadal y el Sector Ceballo donde la economía de los pobladores está basada en las ovejas. Cordialmente.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo contigo Danka.
ResponderEliminar