Es muy difícil mantener una constante en la escritura desde esta equina del sur del mundo. Hoy estuvimos desconectados de internet, sin poder recibir ni hacer llamados, sin la posibilidad de leer algo interesante y mucho menos de escribir y publicar. Hubo un poco de viento, pero no tanto como estamos acostumbrados. Felizmente llegó la barcaza y en ella mi nieta Constanza que viene desde un intercambio en Canadá y que llegó ayer a Coyhaique pero no pudo viajar por Puerto Cerrado. l
La verdad es que el puerto pasa cerrado constantemente y nos llama la atención, ya que quienes hemos nacido en este pueblo lacustre, hemos viajado con muchos temporales y en días peores, pero en fin, luego de casi tres meses de que mi adorable nieta estuviera en Canadá, específicamente en Toronto, solo queríamos que llegara y poder seguir disfrutando de su alegría. Hoy también tuvimos la alegría de saber que nuestro nieto Valko Ignacio, que estudió Robótica y mecatronica, por fin pudo encontrar el lugar donde hacer su práctica y Dios mediante, hasta podría irse a presentar su trabajao a un Congreso Internacional. Puras alegrias y entremedio, la nunca bien deseada visita al dentista para una limpieza que siempre es necersaria. Les estoy hablando de cosas personales y son casi las doce de la noche, pero estoy contenta y agradecida de Dios y de la vida que me permite vivir en un remoto pueblo del sur de Chile, donde la vida transcurre plácida y serena. Ya vendran tiempos de hablar de nuestra historia. Un gran saludo a todo
quienes leen este blog
Que bueno que hayas reanudado estas publicaciones Danka y en este caso dejar entrever algo de tu vida personal. Muchos cariños.
ResponderEliminarRodolfo
¡Qué bueno tenerte de vuelta en estas publicaciones Danka y en este caso dejar entrever algo de tu vida personal. Muchos cariños.
ResponderEliminarRodolfo
Estimada Danka,
ResponderEliminarParece que cada vez que le da a usted por escribir me da a mí por chequear su blog. Si no fuera por mis tendencias científicas se me ocurrirían teorías extrañas. Pero no, lo cierto es que Aysén y el sur de Chile en general están muy presentes en mis pensamientos. He tenido la suerte de conocerlo en persona en varias ocasiones a lo largo de estos últimos 16 años. Si la pandemia lo permite, tengo previsto intentar regresar de nuevo este año, con la intención de buscarme alguna opción para quedarme.
He leído y disfrutado los libros de usted que he podido encontrar (muchos de ellos parece que están agotados y sigo a la espera de nuevas ediciones). En todo caso le animo a que siga escribiendo, también en su blog. Su lectura me permite viajar al sur de Chile al menos con mi imaginación.
Un saludo y que esté bien.
Jordi
Gracias Rodolfo y gracias Jordi. Hacía tanto tiempo que no usaba el blog, que se me había olvidado como se respondía. Ya les daré noticias a los dos, aunque con Rodolfo nos comunicamos frecuentemente.
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