Hoy les transcribo una parte de una comunicación que mantuve ocho años atrás con Miguel Schclarek y que me parece interesante de dar a conocer, ya que su abuelo y uno de sus tíos tuvieron un negocio en el actual pueblo de Cochrane en la región de Aysén y por supuesto merecen ser recordados.
FAMILIA SCHCLAREK KLEINOT
Desde
aquella Polonia repartida y dominada a lo largo de los siglos, la de las
insurrecciones heroicas y de las duras represiones, la de las divisiones
religiosas y de las discriminaciones de cultos y de etnias... parte Luís
Schclarek (originalmente Icek Lajzer Szklarek) en 1911, tenía
entonces 30 años, había nacido el 15 de mayo de 1881. Lo empuja la
pobreza y cierta persecución por ser judío. En Plock, entonces un pueblo
dormitando en la ribera del Vístula, quedan su esposa Raquel Kleinot
(originalmente Rachel Ester Kleinot) con quien se había casado en 1904 y sus
hijos Matías (Matus) de 7 años de edad, nacido el 23 de abril de 1905,
León (Leib) de 4 años de edad, nacido el 26 de octubre de 1908 y
Elías (Eliasz) de 1 año de edad, nacido el 25 de diciembre de 1910. Poco
cuesta imaginar la despedida: apretadas las manos y los ojos enturbiados hasta
perder la figura amada; en las gargantas, un “nudo” extraño de penas y de
esperanzas: ...en América, la tierra de las buenas promesas ...pronto
volverían a estar juntos...
Luís
llega al Puerto de Buenos Aires donde en la oficina de inmigración como a
tantos al ingresar a Argentina lo anotan modificando su nombre y apellido
original.
Urgido
por la necesidad de ganarse la vida se sumerge en el movimiento de esa ciudad
desconocida. Se larga en busca de trabajo, tal vez con otros muchachos llegados
con similares urgencias y con los que había convivido en esos días en que
permanecían alojados en el viejo Hotel de los Inmigrantes, que funcionaba junto
al puerto y en el que se instalaban hasta tramitar sus papeles. La Avenida de
Mayo era uno de los lugares claves para iniciar la búsqueda, muchos europeos
tenían allí sus comercios: confiterías, bares, hoteles, en esos tiempos y allí
consigue Luís, ocuparse como ayudante de cocina, pelando papas en
un clásico hotel situado en esa calle. Eligió ese trabajo porque no necesitaba
conocimientos del idioma. Luís era un hombre relativamente culto para la
época. En su Polonia natal había estudiado en una escuela religiosa judía y su
profesión original era la talabartería. Luego de un corto tiempo ya con un poco
mas de conocimiento del idioma tratando de buscar un lugar mas acorde con sus
aspiraciones, busca y consigue trabajo de cocinero, en las cuadrillas
que justo comenzaban la construcción de línea A, que va desde Plaza de Mayo a
Primera Junta, primera línea de la red de subterráneos de la ciudad.
Y por fin se
embarca rumbo al sur... y recala en Puerto San Julián. Siempre en el
oficio que había adoptado, trabaja en la “San Julián Sheep Farming Co.”
y en el Frigorífico Swift. Establecida la comunicación con la gente y
con un mayor dominio del idioma, Luís se inicia en el comercio: se
transforma en “vendedor ambulante” (cuentenik, fonéticamente, en
el idioma idish), un “mercachifle a pie”. Con una valija, ofrece su
mercadería a los compañeros de trabajo. Así comienza ese intercambio:
posiblemente el pago no sólo fuera en dinero sino en frutos del país: pieles,
plumas, etc.
Con una innata
capacidad comercial, austeridad de vida y el tesón propio de aquellos
inmigrantes, Luís va adquiriendo capital que invierte en un local y
vivienda de chapa y madera, típico de entonces, en el que instala una “Tienda
y Talabartería, Ramos Generales”.
La Huelga del
21 lo sorprende en esta actividad. Tenía en ese momento un camioncito para
el transporte. Cuentan que la milicia quiso confiscárselo para utilizarlo en el
transporte de tropas para reprimir el levantamiento obrero. Luís que
había sido influido en su Polonia por las ideas del socialismo, propias de las
luchas de principios del siglo XX, se rebela ante esto y rompe con un hacha las
ruedas del vehículo... lo que ocasiona su detención y 24 horas “de plantón”,
demorado en la comisaría.
Durante todos
estos años, Luís permanece alejado de su familia. 2 o 3 años después de
su partida, estalla la Primera Guerra Mundial (1914) y pierde todo
contacto con los suyos; fueron años de soledad y de angustiosa incertidumbre en
los que alentado por la esperanza, coloca todos sus esfuerzos en mejorar su
situación para poder traerlos cuando finalizara la guerra. Por fin logra
restablecer la comunicación en 1920. De inmediato les envía el dinero
necesario para venir...pero no sería tan pronto el reencuentro. Un familiar
aconseja a Raquel invertir en Polonia ese dinero en un negocio que
parecía seguro, con el objetivo de viajar luego a San Julián con cierto
capital. La inversión fracasa y debe pedir nuevos fondos a Luís que
recién puede hacerse de ellos en un año más, en 1921. Para entonces, la
inflación después de la guerra había hecho variar los precios y el nuevo envío
de dinero alcanzaría para comprar solo 3 pasajes. Habían pasado muchos años
desde la partida de Luís y Raquel pensó que si pedía mas, su
esposo podría creer que ella lo estaba engañando. Por lo que sin
avisarle toma la dolorosa decisión de emprender el viaje con el hijo mayor Matías
que por su edad ya estaba en condiciones de ayudar a su padre en el trabajo y
con Elías a quien por ser el menor no quiso dejar. León, el del
medio, queda en Polonia con un tío. Recién en 1923 también él llegaría.
Con solo 14 años cruza Europa en tren desde Plock hasta el puerto de Cherburgo,
en Francia, donde debía embarcar. Al llegar a esta ciudad y antes de subir al
barco intenta enviar un telegrama al tío en Polonia para hacerle saber que
había llegado bien pero al cruzar una calle camino al correo, lo atropella un
tranvía y queda internado en un hospital durante 1 mes perdiendo el barco. Debe
esperar hasta el próximo viaje y por fin embarca el 29 de junio de 1923 en el
vapor “Andes” llegando al puerto de Buenos Aires el 19 de julio de 1923. Sus
padres no sabían que había pasado y al ver que no llegó en el barco en que
debía venir decidieron regresar a San Julián. Es así que casi 2 meses después,
nadie lo aguardaba a su arribo, por lo que una asociación polaca de las tantas
que formaban en aquella época las distintas colectividades para asistir a los
inmigrantes que venían, lo toma en custodia hasta que 3 o 4 días después un
viajante de comercio, amigo de la familia y que venía de San Julián con el
encargo de buscarlo, lo encuentra y le brinda ayuda para viajar al sur.
¡Finalmente la familia, luego de 12 años, logra reunirse! No hay duda que
cicatrices afectivas profundas quedarían en ellos de tantos años de obligada
separación y de la angustia de una guerra, modelando la personalidad de Matías,
León y Elías.
Incorporados sus
hijos a la actividad comercial, Luis, con una visión moderna del
comercio, amplia su zona de influencia comercial e instala dos locales más en
la zona cordillerana: una sucursal en Lago Cochrane (Chile) y otra en Lago
Belgrano.
Matías,
el hijo mayor, un joven que se destacaba por su fuerza física, enferma de
apendicitis. El médico local Dr. De La Reta, que se enfrenta por primera vez
con esta enfermedad creyendo que se trataba de una simple obstrucción
intestinal, receta por error un purgante y bolsa de agua caliente. La
apendicitis se transforma en una peritonitis irreversible y Matías muere
en plena juventud con 21 años, el 18 de diciembre de 1926. En el cementerio
local, se alza sobre su tumba, llamando la atención, un fuerte tronco con las
ramas sesgadas, simbolismo de su vida rota.
León
se casa con Elena Tolkachier el 26 de septiembre de 1942. Elena,
cuyos abuelos habían llegado desde Ucrania a Argentina en 1896, provenía de una
típica familia de “Gauchos Judíos” radicados en la Provincia de Entre Ríos y
estaba de paso en Buenos Aires donde se conocieron siendo presentados por un
familiar de ella. Pocos meses después, cuando muere Raquel su madre, León
le propone casamiento y ella acepta estableciéndose en San Julián. Tienen 3
hijos, Matías, Miguel Fernando y Raquel.
Elías,
luego de enviudar tempranamente de su primer esposa Micaela (Choly) Fernández,
se casa el 14 de febrero de 1942, con Vesna Sumich y no tienen
descendencia. Los padres de Vesna, de origen Yugoslavo y radicados
originariamente en Punta Arenas, llegan a Puerto Deseado donde el Sr. Sumich
había sido contratado para trabajar en la construcción del ferrocarril de
Deseado a Las Heras. Su casa en Puerto Deseado, una de las primeras de piedra,
todo un lujo para la época, es después del Banco Nación la primera del pueblo
que contaba con cuarto de baño. Con el tiempo el Sr. Sumich compra tierras
fiscales fundando la estancia “Los Toldos” donde se encuentra la
Cueva de las Manos del Cañadón del Río Pinturas. Vesna y Elías se
conocen en Perito Moreno entonces Lago Buenos Aires, en casa de una amiga
común. Elías se encontraba trabajando en el negocio de su familia
ubicado en el Lago Cochrane.
Raquel
Kleinot fallece el 1 de mayo de 1941 y Luís Schclarek
el 11 de octubre de 1945. Ambos descansan en el cementerio de San Julián.
A
la muerte de sus padres, León y Elías continúan en sociedad con
la actividad comercial y compran Río Blanco otro negocio más en la zona
cordillerana próximo a Lago Pueyrredón. Con el tiempo los hermanos se separan y
León se hace cargo del negocio de San Julián y Elías de Río
Blanco.
León
forma una sociedad comercial con Agustín Fernández y su hermano menor Pablo
Fernández a la cual se integraría con el tiempo Aquilino Quintana reduciendo en
ese entonces la actividad a una única casa comercial: la tradicional “Casa
Schclarek” de la calle 25 de Mayo al 1044, que hasta hace no tantos años
siguiera funcionando. Agustín había comenzado a trabajar en “Casa Schclarek”
los primeros días de agosto de 1944., todavía en vida de Luís Schclarek.
En una segunda etapa abren una sucursal en Caleta Olivia: Tienda “El Golfo”. En
1955 León se traslada con su familia Buenos Aires donde la sociedad
comercial instala una oficina para potenciar la actividad lanera pero la crisis
del sector llevó al fracaso este proyecto. León fallece en Buenos Aires
el 19 de abril de 1995 a los 87 años de edad. Su esposa Elena Tolkachier
hoy tiene 85 años y sigue viviendo en Buenos Aires.
Elías
junto con su esposa Vesna, con un criterio
muy progresista para la época y una tremenda capacidad de trabajo y
organización, transforman Río Blanco am
mejorando la quinta
que les brindaba frutas y vegetales para la auto subsistencia. Es así que se
coloca un surtidor de nafta, algo fundamental para atraer viajeros, se mejoran
las habitaciones del pequeño hotel, se instala un motor que genera electricidad
para el ahora pequeño poblado en que se había transformado el negocio, lo cual
a su vez permite la instalación de un transmisor de radio. En esa época venía
gente de las estancias vecinas para ver por primera vez en la vida una
lamparita de luz funcionando y “Don Elías” y “Doña Vesna”
transformaron su transmisor en la posibilidad de contacto con “el mundo” para
todos los habitantes de la zona ya sea para saber noticias del “pueblo”,
enterarse del estado de salud de un familiar, comprar un remedio o hacer
encargos que luego “El Cordillerano” traería el sábado a la tarde en su único
servicio semanal desde San Julián. Ese lugar tan aislado de la “civilización”
en donde la gente solía decir “bajo al pueblo” antes de recorrer los 600 km de
camino de ripio que lo separan de San Julián, se transformó por la voluntad y
el esfuerzo de sus propietarios en un lugar “vivible” para ellos, para los que
trabajaban allí y trascendiendo su actividad el mero objetivo de lucro
comercial en una actividad con un sentido social que abarcaba la pequeña
región. En una época, Río Blanco llegó a tener hasta un médico que atendía
gratis porque de su sueldo se hacían cargo Elías y Vesna quienes
lamentablemente cambiaron el “boliche” por una estancia en las cercanías. Con
el paso del tiempo Río Blanco fue decayendo hasta no ser hoy más que una ruina
abandonada. Mas adelante Elías y Vesna se mudan a Buenos Aires
vendiendo esta estancia para dedicarse Elías, como lo había hecho su
hermano León, a la actividad de compra y venta de lana. Al igual que lo
sucedido con su hermano, la crisis del sector hace que fracase en su proyecto. Elías
fallece en Buenos Aires el 7 de mayo de 1980. Vesna, con 80 años, sigue
viviendo en Buenos Aires.
Descendientes de León y Elena:
Matías(Mato) nacido el 24 de septiembre de 1943, es veterinario
y desde hace 24 años vive en la ciudad de Nazaret en Israel. Se casó con Rita
Alicia Stein y tienen 3 hijos: Valeria, Florencia y Lucas.
Valeria tiene un hijo: Tom, primer y hasta ahora único
tataranieto de Luís Schclarek y Raquel Kleinot.
Miguel (Bebe o Colorado) nacido
el 17 de agosto de 1944, es arquitecto y en estos momentos está radicado
en Buenos Aires después de haber vivido en Suecia y en España 21años. Tiene 3
hijos que viven en Suecia: Alfredo, Shai Pablo y Leandro
Maaian. El primero de los hijos con María del Carmen Curutchet y los
dos siguientes con Diana Mulinari.
Raquel (Quela), nacida el 24 de abril de 1949, vive en Buenos Aires. Está casada con Chacho
Martínez . Tiene 3 hijos: Verónica, Manuela y Javier.
Hasta el momento Luís Schclarek y Raquel Kleinot,
tienen nueve bisnietos y un tataranieto.
Fuente: MIGUEL SCHCLAREK TOLKACHIER
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