Ayer les hablaba de la Patagonia usurpada, de esa Patagonia que de a poco ya no nos va perteneciendo, que inexorablemente vamos perdiendo con la llegada de otras personas, de gente que viene con una cultura distinta, con modos de vida diferentes, donde la palabra solidaridad no siempre existe, donde se busca mas que nada un lugar tranquilo para vivir, pero que ese lugar tenga los adelantos de la civilización, que tenga luz, agua, alcantarillado , teléfono y en lo posible Internet, que existan caminos transitables y todo se haga en poco tiempo. Esa Patagonia es la actual y nosotros, hijos de esta tierra nos vamos quedando con los recuerdos. Yo no estoy contra al progreso, al contrario, me encanta el poder viajar en pocas horas de un lugar a otro, me encanta el poder comunicarme con la familia y los amigos por medio de la tecnología, pero siento que vamos perdiendo nuestra identidad, que nos estamos dejando avasallar y estamos adoptando modos de vida distintos a los que siempre tuvimos. Siempre pongo de ejemplo el asado al palo. Este nunca fue un festejo, el hacer un asado al palo simplificaba la alimentación de un grupo numeroso de personas en el campo, sin la complicación de muchos platos que no se tenían, de muchos cubiertos que tampoco se tenían, de ensaladas que no siempre era posible hacerlas. Simplemente el asado se hacía, si había, se cocían papas y por supuesto las infaltables tortas fritas. Cuando el asado estaba listo se invitaba a comer casi siempre con dichos como estos: “Esta es la estancia de Gómez, el que tiene cuchillo come” o bien “corte grande y retírese”. . Estas invitaciones significaban acercarse al asado, elegir una presa, cortarla y ponerla sobre la “torta frita” y comenzar a saborear, acompañado cuando se podía con la bota de vino o sin nada. Terminada la comida venía una ronda de mates, siempre bien venidos por lo digestivo.. Hoy ,por el contrario, un asado es una complicación, hay que tener un quincho, ya no un simple fogón y cuando más elegante mejor y hay que sacar la vajilla completa, platos, fuentes, cubiertos, vasos etc. para que los invitados que no comen con la mano un simple pedazo de carne, puedan servírselo en un plato, simplemente porque no hemos sido capaces de decirles a los que llegan ¡estas son nuestras costumbres!¡al país que fueras haz lo que vieras!. Por otra parte, la verdad es que no tiene comparación un trozo de asado en la mano con uno en el plato, este último se enfría rápidamente formando una capa de grasa, en fin, quiero compartir mi modo de ver las cosas y para los que no saben las “tortas fritas” no son otra cosa que pan frito y se hacen con la misma masa del pan que en vez de cocinarse en el horno se fríen y son sabrosísimas. Hoy día nevó, y la nieve me llenó de ganas de compartir cosas con ustedes entre ellas, esta foto tomada desde una ventana de mi casa.
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